Hablar sobre el trabajo que hacen las personas trabajadoras del hogar es sinónimo de invisible donde existen múltiples injusticias: la explotación, el maltrato, la discriminación, los despidos, el mal sueldo y la desvalorización, que son motivo suficiente para luchar y tratar de cambiar la perspectiva de este tan importante trabajo.
Si bien es cierto que ya se han ganado algunas batallas, como la incorporación del sector al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), aún existen desafíos y sigue siendo un sector, pero sobre todo un tema, poco visibilizado, desvalorado y, en algunas ocasiones, denigrado, donde cabe mencionar que el trabajo del hogar, comúnmente se le atribuye a las mujeres.
Este tema nos pone contra las cuerdas en lo individual y en lo colectivo. Si bien, en la retórica, hablamos de la necesidad de regular el trabajo del hogar, muchas veces somos las clases privilegiadas las primeras en violar o evadir hablar del tema desde la experiencia personal, sumado a que los medios de comunicación dan poca cobertura al tema.
Uno de los productos que se realizaron gracias a la estrategia de comunicación y con el que seguimos trabajando hasta hoy en día, es el ‘Boletín Trabajadoras del hogar’ para mantener informada a la sociedad en general de los avances y la información relevante que se debe tomar en cuenta para eliminar patrones de comportamiento que fomentan la discriminación y la no formalización de su trabajo actualmente tiene un alcance mensual de 135 personas.
El segundo producto al que le hemos dado continuidad son los artículos dentro de Animal Político en la sección llamada ‘El Plumaje’, donde se cuentan experiencias del trabajo del hogar y/o historias sobre alguna trabajadora, ya sea motivadora o retadora. El objetivo es reflexionar e identificar todo lo que ocurre alrededor del tema. ¿Quién hace el trabajo? ¿Es visto como un trabajo digno? ¿Se reparte? ¿Cómo regular las tareas o responsabilidades de las trabajadoras del hogar?.